Jóvenes francesas distribuyeron en 1958 en el Pré-Catalán en febrero, y en el Salón de Ginebra en marzo un suntuoso catálogo – abierto medía unos 70 centímetros – de un nuevo singular automóvil, el Arbel Symetric, una continuidad de un coche simétrico presentado siete años antes.
Su simetría consistía en que tanto la parte trasera del maletero como la parte delantera del motor fueron piezas de carrocería iguales, y por lo tanto intercambiables. En el bastidor ruedas con motores eléctricos en sus bujes. El nuevo Arbel, procedente de una nueva empresa, pero unido al inventor del Symetric Casimir Loubière, se presentaba aún más curioso.
El bastidor era un tubo central con dos ventiladores en la parte trasera, que querían representar turbinas, pero fueron ventiladores procedentes del Citroën DS repintados. Cada uno acoplado a un tubo largo, totalmente vacio en la presentación, pero que en el futuro debería llevar la gran novedad, la propulsión nuclear. Material nuclear de deshechos que podría dar una autonomía de miles y miles de kilómetros durante cinco años. Faltaba, así se indicaba en el catálogo, el permiso de las autoridades del país.
Por si las moscas, el coche también podría funcionar con motor de explosión de unos 50 a 75CV suministrando la potencia a través de un generador rotativo directamente a los motores eléctricos instalados en el buje de cada rueda, o por un generador estático utilizando cualquier fuel. Aspavientos como la construcción de una gran fábrica cerca de Nizza y la futura utilización como taxi principal del país mantenían el interés, pero La empresa se desintegró rápidamente dejando muchas facturas sin pagar.
Lo que quedó son los catálogos distribuidos y hoy dia auténticas piezas de colección, valorados de entre 100€ a 200€.
24 Noviembre 2025
Arbel Symetric, suntuoso catálogo para un automóvil imposible
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